No he escrito nada últimamente porque estoy enfrascado de lleno en el primer proyecto de Letrablanka y eso hace que esté un poco desconectado del mundo del cómic estos días.
Como esta situación todavía se mantiene, voy a aprovechar para hacer unas reflexiones sobre las diferentes formas de trabajar de un autor de cómic y la importancia de escoger un método adaptado a nuestras necesidades. Creo que el que más o el que menos lo encontrará interesante.
En un principio pensé en hablar sobre ello dividiéndolo en temas: El estilo, el ambiente de trabajo y finalmente el método en sí. Pero es que realmente todo va conectado y no se puede separar tan fácilmente. Pero se puede intentar.
Lo primero que debo decir, como bien dice Scott McCloud del que ya os hablé una vez, es que no hay una respuesta "acertada" o "errónea" en cuanto a las decisiones que un autor de cómic toma a lo largo de su camino y de los proyectos que encara. No es una ciencia exacta ni hay ningún secreto de cocina. Solamente decisiones que serán más o menos adecuadas para nosotros ¿como podemos saber si la decisión ha sido bien tomada? Lo mejor que podemos hacer es fijarnos en los resultados de nuestro trabajo. ¿Has tenido pocos quebraderos de cabeza (o los menos posibles) en la elaboración de tu cómic? Felicidades. Probablemente has escogido el método de trabajo más adecuado para ti. Es decir: Uno que te permite que tu trabajo progrese adecuadamente hasta que lo tienes terminado.
Y es que la elección del método de trabajo, empieza por el ESTILO ya no de dibujo, sino de cómic y de historia que pretendamos hacer.
Por un lado tenemos la clase de historia que vayamos a dibujar. A cada tipo de historia, y en especial a cada autor, le va bien un tipo de estilo distinto. No será la misma manera que tendremos de dibujar una historia de humor absurdo, que una historia de superheroes o de misterio. Debo añadir que en este caso, el estilo no se refiere solo al tipo de dibujo (que también). Nos referimos más bien al tipo de viñetas a emplear. Tipos de planos para enfocar las escenas. La necesidad de pausas dramáticas o no....son un montón de cosas que van más allá del simple estilo de dibujo de cada uno.
La verdad es que a lo mejor escucháis decir por ahí que a cada tipo de historia le va mejor un estilo de dibujo diferente. Es probable que haya algo de cierto en eso. Pero también es verdad que las reglas están para romperlas. Y si un autor o autora es ante todo un buen comunicador, yo creo que será capaz de que su estilo se adecue a la historia hasta hacerle legible y darle el toque necesario a la ambientación que requiera. De no ser esto así, no podríamos haber tenido joyas como la comentada en este blog anteriormente "Una posibilidad entre mil" cuyo estilo de dibujo animado infantil contrasta con la dureza de la trama que encaja gracias a una narrativa acertada. Por cierto, dicho cómic estrenará el 19 de marzo su edición en francés en el país vecino de la mano de la editorial Dargaud bajo el nombre de "Une chance sur un million". Enhorabuena por ello.
Continuando con el tema del estilo, hay millones de variaciones. ¿Cumples con las leyes de la anatomía al pie de la letra? ¿O eres de los que la anatomía no es su punto fuerte y la sacrificas a cambio de unas mejores composiciones de página o en pos de un trazo sencillo y agradable a la vista del lector? ¿Utilizas muchas sombras? ¿Es necesario que tu estilo sea depurado y espectacular en cada viñeta o tus lectores destacan tus historias por encima de tu dibujo que sin ser una maravilla cumple con la regla de oro de saber transmitir la historia y es agradable a la vista?
Cada detalle....cada matiz de nuestro estilo de dibujo como autores de cómic hará que escojamos entre una manera de trabajar y otra. Entre unos materiales a utilizar u otros. Y los materiales a su vez condicionarán nuestro área de trabajo y a su distribución.
Como ya he dicho antes, no hay una respuesta buena y una mala. Es cuestión de ir probando y de mimar nuestras necesidades a la hora de trabajar ("¿dibujar un trabajo?" si hijo si, ya hablaremos de ello otro día)
Acabando ya con lo del estilo dejando para la próxima ocasión hablar del resto de matices sobre métodos de trabajo, lo que si que hay que dejar claro es que no existen dos dibujantes iguales. Todos tenemos nuestro lugar. Y no tenemos porque ser todos unos enormes virtuosos que haga que se les caiga la baba con nuestros dibujos a todo el mundo. Recordemos que el cómic trata sobre transimitir y que el dibujo es solo una herramiente más. Por importante que sea.
Todos los que dibujamos tenemos nuestro lugar. Existen los comics de superheroes. Los de género. Los urbanos con historias más realistas. Los chistes de una viñeta. Las colecciones de tiras cómicas. Las novelas gráficas (aún a día de hoy a la espera de una definición concreta para este término que parece que se va perfilando día a día). Las colecciones formato album de aparición cada equis meses....
Logicamente: Cuanto mejor seamos capaces de hacerlo muchisimo mejor, claro está. Pero no todo este tipo de historias requiere de espectacularidd a la hora de dibujar. Creo que mis tres entradas anteriores son buena prueba de ello.
Tuve el placer de referirme a Peter Bagge, Alex Robinson y Scott McCloud como a "los tres grandes". Y sin embargo ninguno de ellos puede oficialmente denominarse "un grande" si nos basáramos exclusivamente en sus diferentes estilos de dibujo.
Cada uno somos diferentes. Y para escoger método de trabajo, primero debemos conocernos a nosotros mismos y a lo que somos capaces de demostrar con la mano que sujeta el lápiz ante una hoja en blanco...
Un saludo...de Toni Kudo...